Se llama Margarita Rodríguez de Allianelli, pero prefiere ser “Daisy”. Está insatisfecha, disconforme con su vida de clase media, con su marido peronista, con su trabajo de ama de casa. Y entonces escribe. Escribe cartas. Cartas a alguien a quien siente más cercano a su propia sensibilidad y a su anhelado estatus: un conocido periodista político de la televisión. Sumergida en un mundo que no comprende, Daisy juega con fuego y, sin darse cuenta, se ve inmersa en un conflicto que no esperaba ni deseaba: al fin, la historia argentina la atropella con ferocidad.